La Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca en 2025 se presenta como una estructura de gobernanza regional en evolución, con avances en su conformación, la definición de sus áreas de competencia y la implementación de mecanismos de participación ciudadana. Actualmente sólo Bogotá y Soacha se han unido a esta figura administrativa, ningún otro municipio se ha sumado. Sin embargo, persisten preocupaciones críticas sobre su impacto en la autonomía territorial de los municipios de Cundinamarca. ¿De qué se trata y por qué nos afecta?
La formación de regiones metropolitanas representa una tendencia global en respuesta a los desafíos interconectados que surgen en las áreas urbanas y periurbanas. Estos desafíos, que a menudo trascienden las fronteras administrativas tradicionales, impulsan la búsqueda de modelos de gobernanza regional que permitan una gestión más eficiente y coordinada de problemáticas comunes.
En el corazón de Colombia, la reciente entrada en operación de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca (RMBC) marca un hito trascendental en la organización político-administrativa del centro del país. Este cambio, considerado uno de los más significativos en las últimas 7 décadas, impacta directamente a los habitantes de los municipios de la sabana de Cundinamarca.
La implementación de la RMBC en el contexto colombiano, caracterizado por una tradición de autonomía municipal, requiere un examen minucioso para determinar si este nuevo esquema de gobernanza regional logra abordar las necesidades compartidas sin menoscabar la capacidad de los municipios para autogobernarse y tomar decisiones que reflejen sus particularidades y prioridades locales.
Definiendo la Región Metropolitana: Teoría, derecho y el modelo Bogotá-Cundinamarca
En la teoría, una región metropolitana se concibe como un área urbana funcional que comprende una ciudad central y sus zonas circundantes, caracterizadas por una alta interdependencia en términos económicos, sociales y de movilidad. Esta definición teórica se materializa en el ámbito legal colombiano a través de la figura de la asociatividad regional.
La Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca se constituye como una “figura de asociatividad regional de régimen especial”. Esta figura fue creada mediante el Acto Legislativo 02 de 2020 y posteriormente reglamentada por la Ley 2199 de 2022. El objetivo declarado de la RMBC, al menos en el plano formal, es “garantizar la formulación y ejecución de políticas públicas, planes, programas y proyectos de desarrollo sostenible, así como la prestación oportuna y eficiente de los servicios a su cargo“.
La Ley 2199 de 2022, que adopta el régimen especial para la RMBC, busca definir y reglamentar su funcionamiento dentro del marco de la autonomía reconocida a sus integrantes por la Constitución Política. Un principio fundamental que rige la operación de la RMBC es el respeto por la autonomía territorial. La ley establece claramente que las entidades territoriales que conforman la Región Metropolitana mantendrán su autonomía y no serán incorporadas al Distrito Capital. Esta salvaguarda legal busca asegurar que la cooperación regional no implique la pérdida de la identidad y la capacidad de autogobierno de los municipios de Cundinamarca. Sin embargo, la tensión entre la necesidad de coordinación regional y la preservación de la autonomía local sigue siendo un tema central en el debate sobre la efectividad y la legitimidad de la RMBC.
¿En qué va la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca?
En 2022, tanto Bogotá como el Departamento de Cundinamarca formalizaron su ingreso a la RMBC, marcando el inicio de su operación. A partir de entonces, la conformación de la región ha avanzado con la adhesión voluntaria de algunos municipios de Cundinamarca.
Para 2025, Soacha es el único de los municipios asociados a la RMBC. Este municipio, caracterizado por una fuerte interdependencia con Bogotá, fue admitido formalmente a la Región Metropolitana mediante el Acuerdo Regional 002 de 2024. Informes de la Contraloría de Bogotá sugieren que la atención inicial se centraría en los municipios del “primer anillo” alrededor de Bogotá , que incluyen, además de Soacha, a Cota, Chía, Mosquera, Funza, Cajicá, Madrid y La Calera. No obstante, la ley establece que la asociación es un acto voluntario que requiere la aprobación de los respectivos concejos municipales. A la fecha ningún otro municipio se ha adicionado.
Como señalamos en la edición especial de ‘En la juega’, la disparidad en la socialización de la iniciativa en otros municipios de Cundinamarca genera interrogantes sobre la equidad en la participación y la conciencia de los beneficios y desafíos que implica la integración regional para cada territorio.
¿Cuál es el alcance de la Autoridad Regional?
El concepto de “hechos metropolitanos vinculantes” constituye un elemento central en la operación de la RMBC, ya que son estos hechos los que facultan a la región para ejercer sus competencias sobre los municipios asociados. Inicialmente, la definición precisa de estos hechos era incierta. Sin embargo, a lo largo de los años siguientes a la creación de la RMBC, el Consejo Regional ha avanzado en su definición y declaración.
Hasta 2025, se han declarado hechos metropolitanos en áreas temáticas clave como la movilidad , la seguridad alimentaria y la seguridad ciudadana. Estas declaraciones se formalizan a través de Acuerdos Regionales, los cuales se sustentan en documentos técnicos que justifican la necesidad de una acción coordinada a nivel metropolitano. Por ejemplo, mediante el Acuerdo Regional 004 de 2024, se declaró como hecho metropolitano la “Gestión para la Seguridad Integral en la Región Metropolitana Bogotá Cundinamarca” en el área de Seguridad Ciudadana, Convivencia y Justicia, abarcando el Distrito Capital y 20 municipios de Cundinamarca. En el ámbito de la movilidad, el Acuerdo Regional 008 de 2024 declaró tres hechos metropolitanos que involucran a Bogotá y 17 municipios de Cundinamarca, enfocándose en las problemáticas e interdependencias funcionales en esta área.
Los parámetros que se utilizan para identificar y declarar los hechos metropolitanos incluyen el alcance territorial del fenómeno, su sostenibilidad en el tiempo, el beneficio que genera para múltiples actores, su eficiencia económica y la necesidad de una organización institucional para su gestión. Si bien la definición progresiva de los “hechos metropolitanos” aporta mayor claridad sobre el ámbito de acción de la RMBC, la selección de áreas específicas y la delimitación geográfica de estos hechos podrían interpretarse como una priorización de ciertos temas y municipios en detrimento de otros. Por ejemplo, la exclusión de algunos municipios en el acuerdo de seguridad podría generar percepciones de inequidad en la distribución de la autoridad y los beneficios de la integración regional.
La incertidumbre inicial sobre la definición de estos hechos alimentó las inquietudes sobre el alcance real del poder de la RMBC y su potencial impacto en la autonomía local.
Dinámicas de poder
La estructura de gobernanza de la RMBC se centra en el Consejo Regional, su máximo órgano de gobierno. Este consejo está compuesto por el Alcalde Mayor de Bogotá, el Gobernador de Cundinamarca y los alcaldes de los municipios que se han asociado a la región. Adicionalmente, participan con voz pero sin voto un representante del Gobierno Nacional y un representante del sector gremial, específicamente del Comité Intergremial de Bogotá y Cundinamarca.
En cuanto al liderazgo de la RMBC en 2025, Luis Lota fue designado como Director de la entidad , tras un proceso de convocatoria pública. Su rol principal es el de representante legal y coordinador de las acciones de la Región Metropolitana. Es importante destacar que para la vigencia 2025, la presidencia del Consejo Regional recae en Julián Sánchez ‘Perico’, el Alcalde de Soacha, quien sucedió en este cargo a Carlos Fernando Galán, el Alcalde de Bogotá, quien a su vez ejerce como Vicepresidente y Presidente del Consejo de Seguridad de la RMBC.

Funcionamiento de las áreas temáticas y coordinación con los Concejos Municipales
La RMBC opera en 7 áreas temáticas principales: movilidad, seguridad ciudadana, convivencia y justicia, seguridad alimentaria y comercialización, servicios públicos, desarrollo económico, medio ambiente y ordenamiento territorial. La coordinación de las acciones de la RMBC en estas áreas con las competencias de los concejos municipales en 2025 se basa en el principio de respeto a la autonomía y las competencias propias de cada nivel territorial.
La ley establece que los municipios ejercen sus competencias a través de la región en aquellos asuntos que se definen como hechos metropolitanos. Además, se requiere que los municipios armonicen sus planes y programas con aquellos adoptados por la región dentro del ámbito de las competencias regionales. A pesar de este marco legal que busca delimitar las responsabilidades, persiste la posibilidad de que surjan superposiciones o conflictos entre las competencias regionales y municipales.
La implementación práctica de la “armonización” de planes y programas podría llevar a situaciones donde las directrices regionales prevalezcan sobre las decisiones locales, especialmente en las áreas definidas como “hechos metropolitanos”. La falta de claridad sobre los “determinantes de superior jerarquía sobre los concejos municipales” sigue siendo una preocupación fundamental, ya que podría generar incertidumbre sobre el alcance real de la autonomía municipal dentro del nuevo esquema regional.
Estado y rol de las Agencias Regionales: Movilidad y abastecimiento en 2025
Para 2025, la Región Metropolitana ha avanzado en la implementación de las agencias regionales contempladas en su marco legal. En cuanto a la Agencia Regional de Movilidad (ARM), su creación se formalizó mediante la Ley 2199 de 2022. A través de la ARM, la RMBC ejerce la autoridad regional de transporte , encargándose de la planeación, gestión y cofinanciación de la movilidad y el transporte a nivel regional. Sin embargo, hasta el 31 de diciembre de 2025, o antes si así lo decide su Junta Directiva, las funciones de la ARM se encuentran transitoriamente trasladadas al sector de movilidad de la Alcaldía Mayor de Bogotá. La Secretaría Distrital de Movilidad, liderada por Deyanira Ávila, fue designada como directora para este periodo de desempeño transitorio. A pesar de esta operación transitoria, se están llevando a cabo proyectos de movilidad de importancia regional, como el intercambiador de la Calle 80 y un plan para transformar la movilidad en Soacha.
Cronología de eventos clave en la formación y evolución de la RMBC
| 22 de julio de 2020 | Creación de la RMBC mediante el Acto Legislativo 02 de 2020 |
| 8 de febrero de 2022 | Promulgación de la Ley 2199 de 2022 que reglamenta la RMBC |
| 8 de julio de 2022 | La Asamblea Departamental de Cundinamarca aprueba el ingreso del departamento a la RMBC |
| 10 de noviembre de 2022 | El Concejo de Bogotá aprueba el ingreso de la capital a la RMBC |
| 10 de enero de 2024 | Posesión de Luis Felipe Lota como Director de la RMBC |
| 7 de mayo de 2024 | El Concejo Municipal de Soacha aprueba el ingreso del municipio a la RMBC |
| 28 de mayo de 2024 | Admisión del municipio de Soacha a la RMBC mediante el Acuerdo Regional 002 de 2024 |
| Enero de 2025 | Julián Sánchez ‘Perico’, Alcalde de Soacha, es elegido Presidente del Consejo Regional para la vigencia 2025 |
Impactos y preocupaciones ante la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca: Suelo, Desarrollo, Ambiente y Autonomía Bajo la Lupa
El periodo 2023-2025 ha sido testigo de diversos impactos y preocupaciones críticas en relación con la implementación de la RMBC, especialmente en lo que respecta al uso del suelo, el desarrollo urbano, el medio ambiente y la autonomía municipal. Existe la inquietud de que Bogotá pueda utilizar el territorio de Cundinamarca para suplir su déficit de vivienda, lo que podría afectar tierras con vocación agrícola. Esta preocupación se refleja en los debates en torno al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la Región Metropolitana. La posibilidad de una conurbación acelerada y el consecuente aumento en los precios del suelo y el costo de vida en los municipios de Cundinamarca, siguen siendo temas relevantes.
En el ámbito ambiental, las preocupaciones sobre el manejo de humedales en municipios como Chía y el potencial impacto en los recursos hídricos, persisten y se manifiestan en las discusiones sobre la gestión del agua dentro de la RMBC. La inquietud sobre el debilitamiento de la autonomía municipal y el surgimiento de un “neocorporativismo”, donde los gremios asumen una representatividad desproporcionada, también ha continuado presente en el debate público.
En este contexto, se presentó un proyecto de ley con el objetivo de modificar la Ley 2199 de 2022 para fortalecer la autonomía territorial de los municipios. Un informe de la Contraloría de Bogotá sobre la RMBC destaca problemas preexistentes en la región, como el desarrollo informal, el déficit de vivienda y los problemas ambientales, que la RMBC busca abordar, pero cuya solución requiere una cuidadosa consideración del impacto en la autonomía local.
El Plan de Desarrollo de Bogotá 2024-2027 (“Bogotá Camina Segura”) incluye estrategias de integración regional , pero la forma en que estas estrategias se implementan y su impacto en la capacidad de los municipios de Cundinamarca para definir sus propios planes de desarrollo sigue siendo un punto de análisis crítico. Incluso el Presidente Petro ha expresado su preocupación por el potencial de especulación inmobiliaria en los municipios de Cundinamarca como consecuencia de la RMBC.
Las preocupaciones iniciales sobre los posibles efectos negativos en el uso del suelo, el medio ambiente y la autonomía municipal son los más álgidos. Los debates en curso sobre el POT regional y la propuesta de modificación de la Ley 2199 sugieren que estos temas aún generan controversia. El riesgo de que las necesidades de desarrollo de Bogotá se prioricen sobre las vocaciones ambientales y agrícolas de los municipios de Cundinamarca, así como la posible reducción del control local sobre la planificación territorial, son aspectos significativos que requieren una atención constante.
Desafíos legales y participación ciudadana: Voces a favor y en contra
A lo largo de su existencia, la RMBC ha enfrentado diversos desafíos legales. En relación con las demandas de inconstitucionalidad se presentó una demanda contra los artículos 14, 16 y 22 de la Ley 2199 de 2022. Sin embargo, la Corte Constitucional emitió un fallo a favor de la RMBC en relación con los aportes de la Nación para la región, lo que representa un respaldo legal importante para su financiación. Internamente, la RMBC ha establecido un Comité de Conciliación para abordar asuntos legales y prevenir el daño antijurídico.
En cuanto a la participación ciudadana, la RMBC ha implementado el “Ágora Metropolitana” como un espacio de encuentro, deliberación y concertación para que la ciudadanía participe en la construcción, seguimiento y evaluación de las políticas, programas, planes y proyectos de la región. Este espacio busca facilitar la presentación de iniciativas y propuestas que incidan en el desarrollo regional. La ley también establece la realización de al menos un “cabildo abierto” en los municipios que deseen asociarse a la RMBC, como parte del proceso de toma de decisión a nivel local. Adicionalmente, se han realizado esfuerzos para construir el Plan Estratégico de la RMBC con la participación de los municipios asociados y potenciales.
En Bogotá, se celebra anualmente la Semana de la Participación Ciudadana, lo que refleja un compromiso con la inclusión de la ciudadanía en los procesos de toma de decisiones. Si bien se han presentado desafíos legales contra la RMBC, algunos de ellos no han prosperado, lo que sugiere una validación jurídica del marco legal que la sustenta. La creación del “Ágora Metropolitana” indica un esfuerzo por incorporar la voz de la ciudadanía, pero la efectividad de este espacio para influir genuinamente en las decisiones y abordar las preocupaciones específicas de cada municipio, en contraposición a los temas regionales más amplios, aún necesita ser evaluada. De igual manera, el alcance y el impacto de los “cabildos abiertos” en los municipios de Cundinamarca son aspectos cruciales para determinar si estos mecanismos proporcionan oportunidades significativas para que las voces locales sean escuchadas y consideradas.
La autonomía territorial de los municipios reviste una importancia fundamental, ya que reconoce y respeta sus identidades únicas, sus necesidades particulares y sus prioridades de desarrollo específicas. Si bien la cooperación regional se presenta como una necesidad para abordar los desafíos compartidos, esta no debe concretarse a expensas de la capacidad de los municipios para autogobernarse y tomar decisiones que mejor sirvan a sus ciudadanos. La RMBC, tal como está concebida y en su estado actual en 2025, plantea potenciales amenazas a la autonomía territorial municipal. La definición e implementación de los “hechos metropolitanos”, la composición y los procesos de toma de decisiones del Consejo Regional, y la posibilidad de que los planes regionales prevalezcan sobre las prioridades locales, son aspectos que generan preocupación.
Es crucial que se establezcan mecanismos sólidos para asegurar que las voces e intereses de todos los municipios, independientemente de su tamaño o proximidad a Bogotá, sean genuinamente representados y respetados dentro del marco de la RMBC. La defensa de la autonomía municipal implica una vigilancia constante para evitar que la integración regional se convierta en un esquema donde una entidad centralizada, con una influencia desproporcionada de Bogotá, margine los intereses y la capacidad de decisión de los municipios de Cundinamarca.
Un enfoque equilibrado requiere que la RMBC opere bajo principios de colaboración genuina, respeto mutuo por la autonomía territorial y una distribución equitativa del poder y los beneficios en toda la región.
Es imperativo que tanto los ciudadanos como las autoridades locales mantengan una actitud vigilante y participativa para asegurar que la RMBC opere de manera que fortalezca, en lugar de disminuir, la capacidad de autogobierno de los municipios. La integración regional debe buscar un equilibrio entre la necesidad de abordar desafíos comunes y el respeto fundamental por la autonomía territorial, garantizando así un desarrollo armónico y equitativo para toda la región de Bogotá y Cundinamarca.
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